Compañeros de Marc-Vivien Foé lo recuerdan en un partido de Camerún |
En el futbol pasan muchos accidentes, quizá no tan riesgosos como sucede en otros deportes, pero sí se dan lesiones impactantes o golpes peligrosos que pueden llevar hasta el hospital. Pero, ¿qué pasa con aquellos jugadores que de repente se han desvanecido, sin que nadie los tocara? Simplemente caen al césped. Caen para nunca levantarse y pasan de la cancha al cielo en un segundo.
Desafortunadamente muchos han sido los jugadores que han fallecido en un campo de futbol durante un partido. Esto es lamentable porque lo que menos quiere un futbolista es abandonar la cancha, dejar de hacer lo que más disfruta en la vida y -peor aún- saber que jamás lo volverá a hacer.
De acuerdo con datos disponibles, de 1990 a la actualidad, 30 jugadores han perdido la vida dentro de un campo de juego durante un partido, incluido un árbitro. Antes de eso, se dio el caso de Renato Curi, quien jugando para el AC Perugia de Italia, en un encuentro contra el Juventus FC, a mitad del partido muere a causa de un ataque al corazón en el año de 1977, después de haber logrado un histórico ascenso con la escuadra "Grifoni".
Quisiera hablar de todos los guerreros que seguramente siguen practicando el deporte más hermoso del mundo en alguna parte de el cielo, pero es algo complicado, ya que desafortunadamente son muchos, y yo tengo poco espacio. Pero hablaré de los que, en lo personal, me encantaba su forma de jugar y que recordarlos me llena de emoción.
Marc-Vivien Foé
Se llevaba a cabo el encuentro entre Camerún y Colombia correspondiente a la semifinal de la Copa Confederaciones 2003. Al minuto 73, Marc se desplomó en el circulo central. Los médicos intentaron reanimarlo durante 45 minutos, pero fue imposible. El jugador camerunés de 28 años perdió la vida.
Excelente mediocampista, siempre alegre y de humor contagioso, participó en dos Mundiales, los de 1994 y 2002, y ganó la Copa Africana de Naciones en el 2000 y 2002. Manchester City su último club, retiró el número 23 en memoria de Foé, ademas de que instaló una placa en su memoria en el estadio del equipo. "Marc, entonces es verdad que estás muerto", fueron las palabras de su padre Martín Amougou Foé al recibir a su hijo en el aeropuerto.
Miklos Fehér
Una sonrisa. Ese fue el ultimo semblante del jugador húngaro de 24 años. Se llevaba a cabo el encuentro de los clubes portugueses Victoria Guimaraes SC y SL Benfica, que ganaban las Águilas por la mínima diferencia. El partido estaba apunto de finalizar cuando el colegiado marcó un saque de banda a favor de el Guimaraes, hecho que no agradó a "Miki" y, al impedir el saque, fue amonestado. Se dio la media vuelta y, sonriendo, bajo su tronco fatigado, se desplomó aparatosamente.
Debutó en el Gyori ETO FC, tras dos años en el conjunto húngaro. Fue transferido al FC Porto y convocado por su selección. Jugando para el SL Benfica anotó 7 goles en 28 partidos y ganó la Copa de Portugal. En el estadio Da Luz, casa de las Águilas, se encuentra en una vitrina la playera rota, con la violencia de una situación límite, y una fotografía del jugador húngaro, no tirado en el suelo ni rodeado de sus compañeros con lagrimas en los ojos, es una fotografía que titularon "La última sonrisa de Miklos Fehér.
Playera que usaba Miklos Fehér al momento de su muerte |
Es una historia digna de contar. La suya fue una vida llena de tristezas que, a diferencia de los cuentos de hadas, tuvo un trágico final. Sin embargo, a pesar de que Morosini no tuvo una vida sencilla, siempre salió adelante por el amor incondicional que le tenía al futbol.
Su madre murió en el 2001 cuando él tenía 15 años. Su padre y su hermano murieron en el 2003. Debutó en Serie A a la edad de 19 años y llegó a la selección sub-21 de Italia disputando la Eurocopa de esa categoría en 2009 celebrada en Suiza. Jugó en varios equipos, cedido por el club dueño de su carta, el FC Udinese.
El 14 de abril de 2012 se llevaba a cabo el partido entre el Livorno y el Pescara, partido correspondiente a la serie B , y en el minuto 31 el jugador cayó sobre el césped a consecuencia de un ataque al corazón. Morosini intentó levantarse, como lo hizo ante la muerte de sus padres y su hermano, pero esta vez no lo logró.
Dejó a su hermana mayor, quien tiene una discapacidad, la misma que tenía su hermano menor, y causa de su muerte. Pero en la vida y en el futbol siempre hay buenas personas, personas desinteresadas. Antoni Di Natale, amigo de Piermario, tomó la custodia de Carla María. La fundación "Udinese per la vita" se unió a la causa de su delantero y decidió ayudar a Maria el resto de su vida.
Me quedo con estas palabras de Morosini, que decía: "Son cosas que te marcan y te cambian la vida, pero al mismo tiempo te llenan de rabia y te ayudan a darlo siempre todo para lograr aquello que también era un sueño de mis padres".
Funerales de Piermario Morosini |
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